ISLA DE MADEIRA EN GRUPO SINGLE

A nuestra llegada a Funchal, la capital de Madeira, nuestro guía nos dará la bienvenida a esta isla de naturaleza exuberante y cultura vibrante. Conocida como la “Perla del Atlántico”, Madeira nos sorprenderá desde el primer momento con su combinación de mar y montaña.

Traslado al hotel y tiempo para instalarnos cómodamente antes de disfrutar de la primera noche en la isla. La cena será una oportunidad perfecta para probar la gastronomía local. Entre las opciones destacan el espada con banana, un pescado acompañado de plátano frito, y la espetada, brochetas de carne asada al estilo tradicional.

Para terminar el día, podremos pasear por el paseo marítimo iluminado, dejándonos envolver por la brisa oceánica y el ambiente animado de la ciudad. También será posible relajarse en una terraza con vistas al Atlántico, disfrutando de los primeros sabores y sensaciones de este destino único.

Después del desayuno, nos sumergiremos en la historia y el encanto de Funchal con una visita guiada por su casco antiguo. Pasearemos por sus calles adoquinadas mientras descubrimos la esencia de esta ciudad fundada en el siglo XV.

Nuestra primera parada será el Mercado dos Lavradores, donde los aromas de frutas exóticas y flores nos envolverán. Aquí, los vendedores de flores visten trajes tradicionales, aportando color y autenticidad al ambiente. Continuaremos hacia la Catedral de Funchal, una joya del siglo XVI con un impresionante techo de madera de cedro.

Recorreremos la Rua de Santa Maria, una calle repleta de arte urbano, donde las puertas pintadas por artistas locales transforman el barrio en una galería al aire libre. Visitaremos la Fortaleza de São Tiago, una imponente construcción amarilla que protegía la ciudad de ataques piratas. Finalizaremos en la Avenida do Mar, con su elegante paseo marítimo y vistas al puerto.

Tiempo libre para almorzar y probar especialidades locales como las lapas a la plancha o el bolo do caco, un pan tradicional con mantequilla de ajo.

Por la tarde, recomendamos subir en teleférico al Jardim Monte Palace, un exuberante jardín tropical con vistas panorámicas de Funchal. Resto del día para seguir exploraando, relajarse en una terraza o disfrutar de una poncha, la bebida típica de Madeira.

Tras el desayuno, nos dirigiremos al este de la isla para descubrir paisajes impresionantes y pueblos llenos de tradición.

Iniciaremos la jornada en la Punta de San Lorenzo, una península de acantilados volcánicos donde el viento y el océano han esculpido un paisaje único. Durante nuestro paseo panorámico, veremos cómo los tonos rojizos de la tierra contrastan con el azul intenso del Atlántico. Esta zona árida alberga especies vegetales exclusivas de Madeira.

Nuestra siguiente parada será Caniçal, un tranquilo pueblo pesquero con pasado ballenero. Aquí tendremos tiempo libre para almorzar y degustar especialidades locales como la caldeirada de peixe, un guiso de pescado y marisco, o el atún a la madeirense con maíz frito.

También visitaremos Santana, conocido por sus emblemáticas casas de tejado de paja. Estas construcciones de origen agrícola son símbolo de la isla y nos transportarán a otra época. Seguiremos hacia el Pico do Arieiro, el tercer punto más alto de Madeira, con sus 1.818 metros de altitud. Desde este mirador, contemplaremos un paisaje espectacular de montañas y nubes flotando bajo nuestros pies.

Nuestra última parada será el Mirador del Cristo Rei, una estatua imponente sobre los acantilados de Garajau. Desde aquí, disfrutaremos de una vista privilegiada de la costa sur antes de regresar a Funchal.

Amanecemos con el desayuno. Nuestra primera parada será Câmara de Lobos, un pintoresco pueblo pesquero que cautivó a Winston Churchill, quien inmortalizó su bahía en sus lienzos. Pasearemos por su paseo marítimo, disfrutando del ambiente tradicional y las vistas al océano.

Continuaremos hacia el Mirador de Cabo Girão, uno de los más altos de Europa, con una plataforma de cristal suspendida a 580 metros de altura. Desde aquí, las vistas del litoral y los acantilados son impresionantes. Seguiremos nuestro recorrido hasta Ribeira Brava, una localidad costera con un casco histórico encantador y una iglesia del siglo XVI con hermosos azulejos y tallas en madera.

Nuestra próxima parada será Fanal, un bosque de laurisilva declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Sus árboles centenarios cubiertos de musgo crean una atmósfera mágica, especialmente cuando la niebla envuelve el paisaje. Disfrutaremos de un paseo por sus senderos para conectar con la naturaleza.

Después del desayuno, disfrutaremos de un día libre, ideal para relajarnos o seguir explorando la ciudad a nuestro propio ritmo.

Para quienes deseen una experiencia única, existe la opción de embarcarse en una excursión de avistamiento de ballenas y delfines. A bordo de un catamarán, navegaremos por las aguas del Atlántico en busca de estos impresionantes cetáceos en su hábitat natural. Dependiendo de la temporada, podremos avistar cachalotes, delfines mulares o incluso rorcuales. Un dato interesante: Madeira es uno de los mejores destinos de Europa para la observación de estos animales, con más de 20 especies registradas en sus aguas.

El almuerzo será una excelente oportunidad para degustar la gastronomía local en alguno de los restaurantes tradicionales de la ciudad. Entre las especialidades recomendadas destacan el polvo à lagareiro, pulpo asado con ajo y aceite de oliva, o el picado, un plato de carne servido en una gran bandeja para compartir.

Podrás seguir descubriendo la ciudad, visitar algún museo o simplemente pasear por el paseo marítimo y disfrutar del ambiente relajado de Funchal.

Hoy nos dirigiremos al norte de la isla para descubrir una Madeira más auténtica, entre bosques de laurisilva y pueblos llenos de tradición. Pero antes cargaremos energía con el desayuno.

Nuestra primera parada será en Ribeiro Frio, un enclave montañoso rodeado de laurisilva, declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Desde su famoso mirador, disfrutaremos de vistas panorámicas sobre los valles verdes que definen este paisaje único.

Continuaremos hacia São Vicente, un encantador municipio donde el tiempo parece haberse detenido. Tendremos tiempo libre para pasear por sus calles, descubrir su iglesia del siglo XVII y probar la gastronomía local. Entre las especialidades destaca el filete de pez espada con plátano y maracuyá, una combinación sorprendente y típica de la isla.

En el camino de regreso, visitaremos Monte, una de las zonas más emblemáticas de Funchal. Aquí se encuentra la Iglesia de Nossa Senhora do Monte, donde descansa el emperador Carlos I de Austria, quien pasó sus últimos días en Madeira. Para los más aventureros, será posible experimentar el descenso en carros de cesto, una tradición única en el mundo. Estos peculiares trineos de mimbre, conducidos por los “carreiros” vestidos de blanco con sombrero de paja, descienden a gran velocidad por las empinadas calles de la ciudad, garantizando una experiencia emocionante.

De vuelta en Funchal, habrá tiempo disfrutar de una cena a nuestro gusto. Una excelente opción es probar la espetada madeirense, brochetas de carne de vacuno sazonadas con ajo y laurel, acompañadas de una copa del reconocido vino de Madeira.

Despertamos sin prisas, tomando un rico desayuno y disfrutaremos de un día libre en Funchal, ideal para relajarnos o seguir explorando la isla según nuestros intereses.

Para quienes busquen aventura, existe la opción de realizar una excursión de snorkel en las aguas cristalinas de Madeira. Equipados con gafas y tubo, descubriremos la rica vida marina de la isla, observando peces de colores, erizos de mar e, incluso, con algo de suerte, alguna tortuga marina.

Otra alternativa es una ruta en buggy, una experiencia llena de adrenalina que nos llevará por senderos de tierra, bosques de laurisilva y miradores con vistas impresionantes. Una forma única de explorar los rincones más remotos de la isla.

Para aquellos que prefieran un plan más relajado, el día será perfecto para pasear por los jardines de Funchal, hacer las últimas compras de productos locales o simplemente disfrutar de una terraza con vistas al puerto. Nada mejor que saborear una poncha madeirense, la bebida tradicional de la isla, mientras nos despedimos de este destino inolvidable.

Con el desayuno nuestro viaje por Madeira llega a su fin. A la hora indicada, nos trasladaremos al aeropuerto para tomar el vuelo de regreso a España.

Nos despedimos de esta isla única, donde hemos explorado acantilados impresionantes, recorrido bosques encantados y visitado pueblos pintorescos que nos han permitido conocer la esencia de Madeira.

Nos llevamos con nosotros recuerdos imborrables de sus paisajes espectaculares, su rica cultura y su deliciosa gastronomía. Ha sido una experiencia inolvidable.

¡Hasta la próxima aventura!